domingo, 30 de mayo de 2010

El canje es un robo

21 de abril de 2010

Deuda Externa



El ministro Boudou anunció el nuevo canje. Se acaba el verso del desendeudamiento: la deuda crecerá, por lo menos, en 10.000 millones de dólares. Para los banqueros significa una ganancia espectacular de más del 100%. El próximo capítulo será pagarle al Club de París




Domingo Cavallo estatizó la deuda privada durante la dictadura. Luego fue ministro de Economía de Menem y de De La Rúa. Hoy los Kirchner siguen pagando esa deuda originada por los genocidas y sus cómplices civiles. Por eso hay que dejar de pagarla.



El jueves 15, después de varios “amagues”, el gobierno finalmente anunció la reapertura del canje de deuda. Antes de entrar a analizar los dichos del ministro Boudou, tenemos que precisar el hecho de este canje en sí mismo: se trata de pagarle a los bonistas (llamados “holdouts”) que no habían aceptado el canje de 2005. En ese momento, el gobierno de Kirchner dijo que “nunca más” se reabriría la propuesta, y que esa porción de deuda -que sumaba 29.000 millones de dólares- no pertenecía más a la deuda externa argentina. Para demostrar esa aseveración, ese monto dejó de aparecer dentro de los “números oficiales” de la deuda pública de nuestro país. Incluso, se votó la “ley cerrojo”, que decía explícitamente que quedaba prohibido reabrir el canje. Así el gobierno mostraba que la deuda externa “bajaba”, o sea, en sus propias palabras, que nos estábamos desendeudando.



Meses después, Kirchner canceló 9.800 millones de dólares por adelantado al FMI. A partir de ahí, se dijo que ya nunca más aceptaríamos presiones del Fondo. Toda era una vulgar mentira. Parte del doble discurso al que nos tienen acostumbrados los Kirchner. El FMI, del que supuestamente nos habíamos liberado, empezó a presionar para que se reabriera el canje con los holdouts, eso que supuestamente nunca más sucedería.



Y se reabrió



Nuestros lectores se preguntarán: ¿pero acaso no había una ley que decía que estaba prohibido reabrir el canje? Exactamente. Pero para eso está la oposición de los radicales, Carrió, De Narváez, el PJ disidente y Macri: mucha “pose opositora”, pero cuando se trata de pagar la deuda son los primeros en alinearse con los Kirchner. Así, el pasado noviembre, todos juntos votaron derogar la ley cerrojo y habilitaron la reapertura del canje.



Este se venía planificando desde hace tiempo. Innumerables veces denunciamos que funcionarios de Economía y el Banco Central recorrían el mundo ofreciendo la reapertura. Finalmente, contaron con tres bancos que le facilitaron la operación: Barclays, Citi y Deutsche. Ellos le garantizaban al gobierno un alto nivel de aceptación: entre el 70 y el 80% de los bonistas. ¿Cómo sabían? Muy fácil: ellos mismos, o fondos de inversión amigos, se habían encargado de ir comprando esos bonos, al 15 o a lo sumo 20% de su valor original.



Ahora Boudou ofrece a esos “tenedores de bonos” canjearlos por otros, “nuevos”, con una quita del 66,3%. Pero, en realidad, al ofrecerles además otro bono por los intereses de todos estos años, lo que se canjea es con una quita del 50%. Pero a no equivocarse: como los especuladores compraron los bonos al 20%, la ganancia limpia que le quedará a cada uno es de más del 100% en dólares, un beneficio que no se obtiene con ninguna otra inversión en el mundo.



¿Habrá más crédito?



El gobierno nos dice que esta operación permitirá que “volvamos a tener crédito”. Traducido, quiere decir que grandes empresas como IRSA, el Banco Galicia o Techint podrán volver a salir a endeudarse en el exterior. O, a lo sumo, que las provincias (como es el caso de Buenos Aires, Córdoba o Chubut) colocarán algún bono en el mundo para, a la vez, refinanciar “su” deuda externa, que también seguirá agrandándose. Lo que seguro no habrá serán menores tasas de interés o créditos hipotecarios para los trabajadores, que seguirán viendo como una utopía llegar a la casa propia.



El balance del canje es que la deuda aumentará, dependiendo del porcentaje de aceptación, en alrededor de 10.000 millones de dólares. Otros 5.000 quedarán como “acreedores que nuevamente no entraran en el canje”. Después de las mentiras de todos estos años, ¿alguien puede afirmar que no se abra un nuevo canje en dos o tres años para pagarles? Y por si esto fuera poco, queda la respuesta de Boudou a una periodista del Financial Times cuando le preguntó por el Club de París. “Paso a paso”, dijo el mnistro. Clarísimo: al día siguiente ya se empezó a afirmar que el próximo “paso” será justamente cancelar la deuda con el Club de París. Síntesis: seguimos pagando, y la deuda continúa creciendo, dándole un rotundo mentís a cualquier verso de desendeudamiento. Una vez más, se impone dejar de pagar volcar todos estos recursos para un plan económico de emergencia, que dé trabajo, salud, educación y vivienda, al servicio de la clase trabajadora y el pueblo.

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