domingo, 30 de mayo de 2010

29.000 millones de dólares más

28 de octubre de 2009

Canje de la deuda




En 2005 se produjo el llamado “canje de la deuda”. Se decía que el país se había “ahorrado” 67.000 millones de dólares. Néstor Kirchner anunció: “el canje no se reabrirá. Este tema está terminado”. Era una vulgar mentira. No sólo la deuda siguió aumentando, sino que los 20.000 millones de dólares de los bonistas que no habían aceptado el canje (que se los empezó a conocer como los “holdouts”) siguieron existiendo, acumulando intereses y siendo parte de todos los reclamos del FMI cada vez que se reunía con la Argentina.



Aún hoy, si cualquiera quiere saber a cuánto asciende la deuda externa y entra a la página web del ministerio de Economía (www. mecon.gov.ar), leerá que Argentina debe 140.634 millones de dólares. No aparecerán, por supuesto, los 20.000 millones de estos “holdouts” (y los 9.127 millones de intereses acumulados) y tampoco los 6.196 millones del Club de París. En síntesis, “la verdad”, es que la deuda externa ya suma 175.957 millones de dólares.



El gobierno de los Kirchner, como en tantos otros temas, mientras juraba en público que esa parte de la deuda “no existía más”, mandaba constantemente tanto a funcionarios del Banco Central como del ministerio de Economía a negociar con esos acreedores cómo volver a pagarles. Ya en setiembre de 2008, la presidenta Cristina lo reconoció públicamente durante su visita a Nueva York. De hecho, el ascenso al ministerio de Economía de Amado Boudou tenía el objetivo de llegar a esto: “yo hago las consultas con la presidenta… y cuando me llamó para ser ministro ésta fue una de las primeras cosas que acordamos que había que hacer” (La Nación, 24/10).



Finalmente, el jueves pasado el ministro reconoció lo que veníamos denunciando desde el 2005: se reabre el canje, o sea se reconocen los casi 20.000 millones de capital y 9.000 de intereses acumulados en estos cuatro años. Como era de esperar, la “oferta” que hará el gobierno nacional a los tenedores de esos títulos dará lugar a un nuevo y escandaloso negociado. Se dice que habrá una “quita” del 65% por cada bono que entre al nuevo canje. De hecho, la operación fue diseñada y ofrecida al gobierno argentino hace casi dos años por tres bancos internacionales (Citi, Barclays y Deutsche). Ellos no cobrarán comisiones por su trabajo, que consistirá en juntar los bonos que andan dando vueltas por el mundo, hacer las presentaciones institucionales en los distintos países y facilitar la transacción. ¿Es que lo harán gratis? En absoluto: sucede que sus clientes e incluso las propias entidades -o los fondos de inversión a las que ellas asesoran-, tienen en cartera muchos de estos bonos. Los compraron a un promedio de 20 a 22 dólares por cada 100 y ahora el gobierno les va a reconocer un piso de 32 a 35 dólares que, con la suma de los intereses, puede llegar a 44. Harán, de la nada, una ganancia del 100%. Encima, por los intereses caídos se entregará un bono a siete años que se indexa por el crecimiento de PBI.



El objetivo de la operación es, como reconoció el propio Boudou, “volver a los mercados financieros internacionales”, léase seguir endeudándose y aumentando la bola de nieve de la deuda externa. Hasta modificaron la ley “cerrojo” (que prohibía reconocer esta deuda) que el propio Kirchner hizo votar años atrás para simular que no les iba a pagar. Todo para pagar los vencimientos de deuda de 2010, que asciende a 13.000 millones de dólares. Si bien el monto es más reducido que el de este año, el problema es que se está achicando rápidamente el superávit fiscal (el del mes de setiembre fue de sólo 223 millones de pesos, un 93,7% menos que hace un año), demostrando que el gobierno prácticamente está gastando todo lo que recauda mensualmente, no quedándole resto para pagar en efectivo los próximos vencimientos.



La deuda externa sigue siendo la gran canilla por donde, año a año, se van los recursos que el país necesita para resolver las urgentes necesidades de trabajo, salud, educación y vivienda. Hasta lo reconoce un economista ultraliberal como Enrique Szewach: “En números redondos, la Argentina, a tasas relativamente bajas, necesita todos los años “juntar” entre 2 y 3% del PBI de superávit operativo para pagar los intereses de la deuda y evitar que esta se espiralice con la magia del interés compuesto” (Perfil, 25/10). Se impone entonces la necesidad de recrear un gran Movimiento contra la Deuda Externa, que comience por repudiar esta reapertura del canje, exija que no se pague ni un peso al Club de París y se suspendan todos los pagos, para invertir esos fondos en combatir la pobreza y la desocupación, que exija una profunda investigación de todas las responsables del endeudamiento y culmine reclamando su repudio por ilegal, inmoral e impagable.







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El FMI aplaude



El ministro Boudou hace declaraciones acusando al FMI por las caídas en la economía del país y jurando que no volverá a pedir plata. Es puro doble discurso, tratando de ocultar los pagos de la deuda que está haciendo el kirchnerismo y su desesperación para que el FMI avale al gobierno nacional para conseguir plata. Cuando hablan los funcionarios del Fondo, la verdad sale a la luz. Respecto del canje de deuda, Nicolás Eyzaguirre, el directo del Departamento Occidental, dijo: “Lo vemos como muy positivo y es un paso inevitable para normalizar el acceso a los mercados” (Clarín, 24/10/09).

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